SOLASTALGIA // Por: Manuel Enrique Rey.

Manuel-Enrique¿Alguna vez ha sentido desconsuelo y nostalgia a la vez? Si su respuesta es positiva, difícilmente encontrará la etimología y menos la semántica para significar esa sensación en alguna palabra del léxico popular. Es frecuente, especialmente en países tales como Inglaterra con altos índices de innovación, que permanentemente se estén acuñando palabras nuevas de gran significado que casi nadie usa.

Por etimología (origen de las palabras) el Oxford Diccionario que a grandes titulares mundiales frecuentemente añade al léxico nuevas palabras en línea, acaba de actualizar recientemente un par que me han llamado la atención: Hangry y Solastalgia. Ambas provienen del ámbito académico relacionado con la psicología clínica y las políticas de salubridad en algunas naciones.

Conocíamos lo suficiente de hungry (palabra inglesa) que en español significa hambriento. Podríamos pensar que la nueva grafía se deba a un error en la escritura. Pero no, aunque ambas tienen que ver con hambruna, el cambio de vocal en hangry, la relaciona con la ira resultante del hambre. Más novedoso es el acrónimo Solastalgia, que significa el sentimiento de angustia asociado con el cambio del medio ambiente cerca de su casa. Sentir angustia debido a que el mundo natural a su alrededor está cambiando para peor.

Bucaramanga como ciudad en crecimiento desordenado, amenaza nuestra identidad y con el bienestar. Deberá tener buen número de personas enfermas de solastalgia. Produce solastalgia también la pérdida de fluidez vehicular, los trancones, el efecto de tener una minería contaminante del agua que consumimos y destructora del paisaje de niebla en nuestra cercanía, el ruido indiscriminado proveniente de los automotores, las vallas y los avisos publicitarios antes de las elecciones, la contaminación de los sistemas hídricos; en fin, cualquier evento que perturbe nuestra tranquilidad debido a un ambiente hostil que una persona es incapaz de solucionar. Y más que eso, incapacidad de ofrecer soluciones o redefinir nuestras respuestas emocionales a un paisaje que cambia abruptamente durante el curso de nuestra vida.

En menos de medio siglo nuestra idílica meseta ha cambiado descomunalmente de paisaje. Son frecuentes las sequías y los incendios forestales; la tala indiscriminada de árboles que favorece el cambio climático, la urbanización desaforada. También produce solastalgia, sin que nadie haga nada por evitarla, la migración de mentes privilegiadas, la de campesinos a las ciudades, los procesos de paz que ofrecen prebendas al delincuente, la pérdida de las tierras de cultivo, el individualismo provisto por los aparatos de comunicación, la depresión en aumento por solastalgia.

Se afirma a manera de consolación, que quien es capaz de narrar la solastalgia aún no sufre de ella. Siempre existirán personas optimistas que puedan pensar que la evolución destructiva del medio ambiente pueda revertir en un adecuado impulso al desarrollo menos traumático para los humanos. Como tal que sean menos los solastálgicos. Que los impotentes y mudos sean capaces de enfrentar los hangry-productores de desconsuelo y nostalgia, por fallar los controles, las penas, los castigos, las normas.

(Haga llegar una copia a los funcionarios públicos recientemente elegidos en el área metropolitana de Bucaramanga, a lo mejor aún no son solastálgicos). Los bumangueses sabremos agradecerle.

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MANUEL ENRIQUE REY SANMIGUEL.— Ingeniero químico de la Universidad Nacional, empresario, escritor e historiador santandereano. Miembro Correspondiente de la Academia de Historia de Santander.

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