El asesinato del maestro Facundo Cabral

FACUNDO CABRALDefinitivamente, América Latina no sale de su atávica violencia. Es ya casi imposible no relacionar a nuestro continente con el atentado canalla, con la matanza, con la violación de los derechos ajenos y, por supuesto, con todas esas otras formas de violencia que significan la exclusión social de los más frágiles, la corrupción que saquea las arcas públicas como si fueran tierra de nadie y la agresividad verbal y física contra todo aquel que siquiera sugiere la posibilidad de un continente medianamente justo o que, simplemente, ejerce su derecho de pensar distinto.
Facundo Cabral, cantautor argentino, cuya parábola vital resulta de especial interés para los que admiran la superación personal de aquellos que nacen en la pobreza y surgen en medio de las dificultades hasta colocarse en los sitiales del éxito, pero que lo hacen a punta de talento, de estudio y de trabajo honrado, acaba de ser asesinado de manera cobarde e infame en Guatemala, un sufrido país centroamericano donde se han cometido los más atroces y condenables crímenes contra personas inermes, siempre dentro de ese contexto de impunidad que pareciera caracterizar lo que se hace en contra de las personas civiles en desarrollo de esos prolongados y caóticos desórdenes sociales que se conocen con el nombre de “conflictos armados”. Conflictos que, después de que teóricamente cesan, como se dijo que había cesado el de Guatemala, degeneran en pandillas, narcotráfico, podredumbre moral y, sobre todo, en un asombroso desprecio por el don mágico y divino de la existencia.

Tenía el maestro Cabral la edad de 74 años y acababa de terminar una serie de presentaciones artísticas en el territorio guatemalteco. En momentos en que se dirigía hacia el aeropuerto, se produjo el sorpresivo y artero ataque contra el vehículo a bordo del cual se desplazaba. El poeta y músico argentino murió acribillado a balazos.

Nos unimos, desde luego, a la indignación y al dolor generados por esta nueva muestra de intolerancia que le costó la vida a uno de los más grandes cantautores que ha dado el continente y como pequeño homenaje a él reproducimos las palabras suyas que, igualmente, incluimos en nuestro libro La práctica de los valores en la lucha contra el estrés en relación con el valor del trabajo:

“Ama siempre lo que haces, porque el que no ama lo que hace, aunque trabaje todo el día, siempre será un desocupado”.

Circula el rumor de que el atentado no iba dirigido contra el cantor Facundo Cabral, sino contra su acompañante, un empresario guatemalteco que lo había contratado para la gira artística y quien resultó gravemente herido.  La investigación -si es que hay una investigación- determinará qué tan creíble es esta tesis teniendo en cuenta que el atentado se consumó cuando el empresario supuestamente destinatario del mismo apenas iba hacia el aeropuerto, llevando a bordo de su camioneta a quien sí realmente abandonaba el país, esto es, el cantautor argentino.  Cualquiera pensaría que si quien se iba de Guatemala era el maestro Facundo Cabral, no el empresario, la consumación del atentado cuando el grupo apenas se desplazaba hacia el aeropuerto explicaría que el mismo iba dirigido contra el artista, no contra alguien que retornaría del aeródromo, vale decir, que se quedaba en Guatemala.  En todo caso, precisar esto o no precisarlo, a la postre resulta irrelevante.

Ojalá algún día cese, por fin, en la martirizada América Latina esta violencia irracional, irreflexiva y desafiante que ahora le costó la vida al maestro Facundo Cabral y que ha significado tanta viudez, orfandad y desolación a lo largo y ancho de nuestro territorio, y se entienda, de una vez por todas, que, más allá de nuestras coincidencias o diferencias, y por encima de nuestras ambiciones y de nuestros deseos de dominarlo todo, la vida humana debe seguir estando, de manera exclusiva, en las manos de Dios.

Den, por favor, clic izquierdo sobre el enlace y escuchen a Facundo Cabral, con separación de varias décadas, interpretando su famosa canción No soy de aquí, ni soy de allá:

http://www.youtube.com/watch?v=xD3G6eM3tPI&NR=1

http://www.youtube.com/watch?v=5Hq7CkVL4jo&feature=related

Y ahora, Facundo Cabral interpretando la misma canción con Alberto Cortez:

http://www.youtube.com/watch?v=8pPYKI8LPxE&feature=related


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5 respuestas a El asesinato del maestro Facundo Cabral

  1. Meche Rodríguez dijo:

    La violencia e intolerancia comienzan con la “tiraera” de nosotros mismos; somos quienes la alimentamos día a día. Qué importan las razas y nacionalidades si los golpes, heridas y sangre duelen igual. Cada ser trae su propio empaque…todos somos de carne y hueso,,,una sola tribu… que la sabiduría nos acompañe y nos ayude a perdonar y perdonarnos. Y el alma del gran maestro Cabral celebra, desde donde esté, la gran libertad de expresión de su luz interna…También te amo Maestro; gracias por las palabras de luz que dejaste en mi vida… que ni tu partida hará olvidar….lo sembrado, sembrado está!!!!!

  2. Jimena Pereyra dijo:

    Infórmense bien antes de redactar un ensayo: el empresario que le contrató es nicaragüense, no guatemalteco. Es muy dolorosa la muerte violenta de este artista, pero igualmente pienso que no hay que generalizar: la ola de violencia afecta a todo el mundo; es sólo que el amarillismo siempre se enfoca en lo que les trae más publicidad y beneficio; personas que no son del medio mueren diariamente en las mismas circunstancias y no se habla nada del tema.

    • OscarHbto dijo:

      Tienes razón, Jimena: el empresario resultó no ser guatemalteco, sino nicaragüense. Como podrás observar por la fecha y hora de la entrada, la misma se redactó aquel nefasto día en las primeras horas de la mañana, recién sucedido el atentado, y era eso lo que se decía. Excúsanos, pues, por el error en cuanto a la nacionalidad del empresario. El resto de tu nota la recibimos y publicamos con el respeto que nos merece tu opinión. Un abrazo. Y gracias por escribirnos.

    • Sir Lancelot du Lac dijo:

      El tono imperativo sobraba, especialmente cuando el error era tan minúsculo y ni quitaba ni ponía absolutamente nada a la idea del texto. Y eso de que “no hay que generalizar: la ola de violencia afecta a todo el mundo” es una contradicción evidente.

  3. Me inunda la tristeza. Aún guardaba la esperanza de que este gran personaje, Facundo Cabral, llegara a la otra orilla chapoteando en sus profundas y organizadas frases y canciones, que nos manifestaron y mostraron: Que hay una razón para vivir…Que podemos alzarnos sobre nuestra ignorancia…Que podemos descubrirnos como criaturas de perfección, inteligencia y habilidad…Que podemos ser libres…Que podemos intentar la superación de nuestras limitaciones con orden y paciencia…Que debemos rechazar todo lo que nos limite y el que un reducido y poderoso grupo de pendejos nos considere su rebaño.

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