Pliego de peticiones. Por Manuel Enrique Rey

MARÍA CANO, "LA FLOR DEL TRABAJO"

PLIEGO DE PETICIONES

Por Manuel Enrique Rey

Creo no estar equivocado al afirmar que en la historia del sindicalismo colombiano es la primera vez que sucede que un empresario, por demás conservador, dueño de una importante empresa editorial de nuestro departamento, envía importantísimo documento de presión histórica; y que el empresario podría estar dispuesto a ir a la huelga, si los sindicalistas que hicieron la “Historia del Sindicalismo en Santander” no estuviesen dispuestos a leer con entusiasmo tan importante pliego de peticiones.
La cita de los que esperaban con ansiedad recibir y discutir los puntos del pliego no pudo haber sido más valiosa y menos elocuente. Se encontraba compuesta por regios líderes de antaño del sindicalismo santandereano, entre quienes destacaban en primera fila: doña Mercedes Pallares de Valvuena ex presidenta del sindicato del magisterio en Santander, y don Antonio Beltrán Ballesteros, quien había sido principal promotor en la fundación de la Unión de Trabajadores de Santander –Utrasán-, afiliada a la Unión de Trabajadores de Colombia UTC.
Como la empresa o el establecimiento que presentaba el pliego –léase: importante documento histórico-, se encontraba en el momento de la presentación del mismo, organizando entre mails de columnistas y periodistas la edición que saldría al día siguiente, o sea el 15 de junio, y en un lugar alejado de donde había sido concitada la junta, no pudo haberse conseguido mejor sitio –en aras de darle al documento el prístino valor que tenía-, que la Academia de Historia de Santander, localizada en la esquina de la calle 37 con carrera 12, conocida como Casa de Bolívar, por haber sido durante la Convención de Ocaña, palacio presidencial donde residió Simón Bolívar presidiendo el máximo cargo de la república, nada menos que el de Presidente de la Gran Colombia.
La emoción fue creciendo a raudales, en la medida en que quien exponía el pliego empezó haciendo un recorrido histórico de las luchas sindicales santandereanas, comenzadas, según el magno historiador, en la provincia comunera hacia 1781, cuando cultivadores de tabaco y otros campesinos artesanos, presididos por José Antonio Galán, consiguieron las primeras reivindicaciones laborales contra el poderoso imperio español. No faltó en la exposición el obligado recuento de otras importantes reivindicaciones: las de Isaías Tristancho Gómez, Antonio Ferrer García, Raúl Eduardo Mahecha, Luis Alberto Morantes Jaimes ó “Jacobo Arenas” quien del ejército de la Patria pasaría a constituirse, luego de haber sido sindicalista, en jefe guerrillero; hasta llegar a la pionera de todas las reivindicaciones. Me refiero a la que presidió María Cano, quien influenciada por la Revolución Soviética, trasegaría por tierras santandereanas en los años en que por tierras barrancas y bermejas brotaba el oro negro, y en la Costa atlántica languidecían los trabajadores en las bananeras.
Me refiero en esta columna periodística al lanzamiento del libro (pliego): “La Historia del Sindicalismo en Santander” en la Academia de Historia de Santander anoche, 14 de junio, por el cronista, director y editorialista del diario El Frente Rafael Serrano Prada, de obligada lectura. Al menos para los que amamos la historia regional.

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