Llamado de atención a presidentes republicanos ávidos de dinero captado por una impopular tributación. Por Manuel Enrique Rey

LLAMADO DE ATENCIÓN A PRESIDENTES REPUBLICANOS ÁVIDOS DE DINERO CAPTADO POR UNA IMPOPULAR TRIBUTACIÓN

Por Manuel Enrique Rey

Una moderna y contundente forma de ejercitar la democracia –al menos eso parece ser lo que está sucediendo en varios países europeos amarrados al euro- es el debate público consistente en que, a través del proceso eleccionario, pueda o no votarse, a favor o en contra, entre crecer o ahorrar. Los votantes cada día se interesan más por los problemas cotidianos que puedan afectarlos, en contra de la arcaica tradición de votar por el populista que ofrezca más.
Ya existen dos países –Francia y Grecia- que han votado en contra de apoyar a quien esté de acuerdo en considerar que la apuesta al crecimiento económico deba provenir, como receta ante la crisis de la deuda soberana, de una férrea disciplina fiscal y freno a la deuda.
La situación ha ido aclarándose al paso del tiempo. Los votantes han tomado clara conciencia de que es preferible apoyar en la contienda presidencial a quienes prometan, programa en mano, estrictamente definido y pautado, y ojalá registrado ante notario público, un programa de gobierno a cumplir, que muestre claramente cómo se solucionará –caso de ser electo- el problema del crecimiento sin meterle la mano a quien trabaja o produce; y quién podrá colmar la expectativa por medio de serios y definidos programas que indiquen cómo solucionará el problema de la generación de empleo.
Los países que logran crecer, por ejemplo Japón, los del norte de Europa y el mismo Estados Unidos, en contra de lo que parece que va a suceder en Colombia con la anunciada reforma tributaria, no necesariamente lo logran, pretendiendo administrar recursos buscando la equidad, repartiendo la riqueza nivelándola por lo bajo. Para qué sirve en Colombia el esquilme por medio de una tributación obligada, si no se encuentra suficientemente planificado un compromiso dirigido de antemano a los jóvenes que se ven afectados por el enorme desempleo. Hay que exigirles a los mandatarios de turno que pongan en práctica el eslogan que recientemente es el encargado de poner en primer plano de popularidad la silla presidencial en países avanzados, consistente en que “el ahorro sin definida inversión social está condenado al fracaso”. Ojalá, los mandatarios dejen de fungir de títeres asustadizos dispuestos a empobrecer cada día más a sus conciudadanos, debido al temor de atreverse revolucionariamente a renegociar los pactos fiscales establecidos con los países ricos, convertido en principal vector de empobrecimiento de los pueblos.
Los analistas económicos comparan lo acaecido en Europa con la política imperial impuesta por el país más rico de la zona del euro, Alemania, con el de su homólogo americano, los Estados Unidos. La sabia decisión de Grecia y Francia confirma la necesidad de establecer una mejor nivelación, de suspender el pago de la deuda y rechazar las políticas de austeridad. Como en cada país el manejo de la economía es diferente, además de lo anterior en Colombia se requiere mayor control al saqueo y una ejemplarizante penalización a la corruptela tanto en los entes públicos como en los privados.

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