LAS MUJERES EN LA FILOSOFÍA. Capítulo III: TÉANO DE CROTONA. Por Óscar Humberto Gómez Gómez, Miembro de la Academia de Historia de Santander y del Colegio Nacional de Periodistas.

TÉANO DE CROTONA

 

Cualquier estudiante de bachillerato ha oído mencionar a Pitágoras.

O Pitágoras de Samos.

Prácticamente ninguno, en cambio, tiene idea acerca de quién fue Téano.

O Téano de Crotona.

O Teano —sin tilde—, según algunos.

Pues bien: Téano —como preferimos llamarla— era la esposa de Pitágoras.

(Aunque algunos despistados afirman que era su hija y a Téano le atribuyen ser la esposa de otro. La confusión se origina en la considerable diferencia de edades entre Pitágoras y Téano).

 

PITÁGORAS o PITÁGORAS DE SAMOS // Escultura de yeso // Museos Capitolinos. Foro Romano // Siglo II o I a. C.

 

Pitágoras —el del célebre teorema— no solo era un gran matemático, sino también un filósofo no menos grande.

Para él, el principio fundamental del universo era el Número.

Pues bien: el pensador griego fundó en Crotona una escuela filosófica que recibió el nombre —apenas obvio— de Los pitagóricos.

Empero, Pitágoras no era solo un gran matemático y un gran filósofo, sino que poseía un espíritu contestatario frente a las rigideces de la misógina y machista sociedad de entonces, que lo llevó a permitir mujeres en su escuela.

Así fue como nacieron Las pitagóricas.

Téano de Crotona fue la más sobresaliente de Las pitagóricas, esto es, de las mujeres pertenecientes a la hermética escuela que fundó y dirigió el gran filósofo y matemático griego casi hasta su muerte.

 

Los pitagóricos. En la ilustración, cuyo autor desconocemos, aparece Pitágoras enseñando a sus discípulos. Téano de Crotona era una de ellos y continuó siéndolo después de que se casó con Pitágoras. La imagen aparece en el libro “The story of greek people” de Eva March Tappan (1909), y fue reproducida por Raúl Ibáñez en su artículo “El asesinato de Pitágoras, historia y matemáticas”. Ibáñez se refiere a la novela “El asesinato de Pitágoras” de Marcos Chicot, que narra los que fueron los últimos meses de la escuela en Crotona y el proceso de desaparición de la hermandad.

 

Había nacido en Crotona, como su nombre pareciera indicarlo.

Y decimos que “pareciera indicarlo”, no que lo indique a secas, porque se conocen casos como el de San Agustín de Hipona, que no reflejan dónde nació el personaje, sino dónde vivió, o dónde enseñó, o dónde desplegó sus actividades.

De hecho, algunos sostienen que Téano de Crotona no nació en Crotona, sino en otro lugar.

La historiografía moderna reconoce que a su talento se deben no pocos de los conceptos filosóficos y matemáticos atribuidos a su ilustre esposo y maestro, incluido el famoso teorema. Empero, no ha sido fácil desentrañar cuáles exactamente fueron sus aportes, pues la forma como funcionaba la escuela obligaba al total hermetismo y la autoría de las contribuciones intelectuales de los pitagóricos y las pitagóricas le pertenecían a la escuela.

 

Grupo de pitagóricos celebrando la salida del sol. Fyodor Bronnikov.

 

Las sospechas oficiales sobre a qué exactamente se estaban dedicando aquellos hombres y aquellas mujeres en su cerrado hermetismo, y el hecho de que hubiesen terminado ascendiendo a los cargos públicos y, por ese camino, hubiese surgido la posibilidad de que se tomaran el poder, desencadenó una violenta reacción en su contra, liderada por un oscuro aristócrata que había sido rechazado por Pitágoras cuando pretendió ingresar a su escuela. Esa agresión significó la toma de sus instalaciones, su destrucción, su incendio, el asesinato de sus maestros, el exilio de Pitágoras en Metaponto (pequeña ciudad perteneciente hoy en día a Italia) y su muerte, según algunos de hambre voluntaria y en señal de protesta.

A la muerte de Pitágoras, Téano de Crotona asumió la reapertura y dirección de la entonces cerrada escuela. Su desafiante actitud condujo a que fuese arrestada, encarcelada y torturada con el propósito de arrancarle la confesión sobre los secretos de la escuela y los supuestos planes de conspiración que desde su interior se pudiesen estar tejiendo. Téano, sin embargo, se mantuvo fiel al hermetismo propio de la escuela filosófica a la que pertenecía y las autoridades no obtuvieron lo que buscaban.

Acerca de la muerte de la ilustre intelectual griega no se conoce nada.

Aunque se sabe que escribió sobre matemáticas, física y medicina, y que también cultivó la astronomía, lo que queda sobreviviendo de sus escritos son tan solo fragmentos de su obra Sobre la piedad.

“He oído decir — escribe Téano en dicha obra salvada del desastre— que los griegos pensaban que Pitágoras había dicho que todo había sido engendrado por el Número. Pero esta afirmación nos perturba: ¿cómo nos podemos imaginar cosas que no existen y que pueden engendrar? Él dijo no que todas las cosas nacían del Número, sino que todo estaba formado de acuerdo con el Número, ya que en el Número reside el orden esencial, y las mismas cosas pueden ser nombradas primeras, segundas, y así sucesivamente, sólo cuando participan de este orden”.

Téano de Crotona es considerada por la Historia la primera mujer matemática del mundo.

 

[CONTINUARÁ]

 

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